Más tarde Gaudí sufrió una crisis de fatiga o depresión y pasó una temporada en Vic en casa de unos amigos y, al año siguiente, 1911, enfermó de fiebres de Malta y marchó con su amigo el doctor Pedro Santaló a Puigcerdà, pasando una temporada en el Hotel Europa. Creyó llegada su última hora hasta el punto que hizo testamento ante el notario de Puigcerdà.
A su vuelta a Barcelona, todavía pálido y convaleciente, dibujó la fachada de la Pasión. Un interesante esbozo al gouache en el que se refleja el dramatismo de la fachada, que conmemora la Muerte de Cristo, dibujada por alguien que creía haber visto la muerte con sus propios ojos.